Friday, February 01, 2008

¿Se acabó el Tomate?


Telecinco, la cadena que más ha colaborado en la creación de la oferta televisiva más estúpida y zafia de Europa, ha retirado su estandarte de la telebasura.


Como casi todo el mundo, he sido consumidor ocasional del Tomate por un lado porque salían tías buenas y por otro para satisfacer mi cuota de morbo y zafiedad. No siempre encontramos lo que nos hace felices en lo bueno y conveniente. La humillación pública a la que sometía a personajes tan desagradables como la Pantoja era un sustitutivo de nuestra necesidad de ser crueles con los demás. Sin embargo la visión del Tomate tenía el doble filo de producir en mí un odio viseral y tremebundo hacia su presentador, don Jorge Javier Vázquez. Algunos de sus reporteros me causaban repugnancia (en particular el monstruoso sujeto de las patillas y acento catalán) pero lo que despertaba J.J. en mí era odio, tribal, incondicional, estremecedor. Era aparecer en pantalla con su sonrisa de buitre y me sorprendía soltando todo tipo de improperios y maledicencias, llegando a desearle incluso descalabros horrendos. Jorgejavier iba de gay guay, pero era la típica bruja maledicente y pasada de moda, con la chocarrería de un gañán de taberna y la vileza de una solterona mustia. Últimamente anduvo por varios programas de su cadena haciendo campaña de victimismo barato. Recibía ataques por su condición sexual, decía, presentándose como una especie de Wilde moderno cuya brillantez e ingenioso verbo sólo podían ser neutralizados mediante el insulto homófobo. Pero en cuanto tiene que enlazar dos frases seguidas sin el recurso de intercalar risillas de hiena se demuestra su indigencia intelectual.
Jubilando el Tomate Telecinco no tiene propósito de enmienda, además le harían falta décadas para conseguirla, como se demuestra al haber mantenido a Jorgejavier al frente de Hormigas Blancas. Precisamente en este programa se ha glosado la ejemplar vida de Jesús Gil, lo cual nos ha permitido recordar la cancha que Telecinco le concedió a tan inolvidable esperpento: no sólo en las decenas de entrevistas, sino en espacios cuyo interés residía en el obsceno estilo de vida y las delirantes opiniones de uno de los personajes más repulsivos de nuestra historia reciente. Sin duda la cadena amiga sigue fiel a su política de poner la peor cara posible a los peores programas imaginables.

Con la caída del Tomate sólo se pierde de momento uno de los mejores escotes de la televisión.